Las familias de nivel inicial fueron invitados por el departamento de la Doe propuso generar un espacio de diálogo y reflexión conjunta con las familias, sin emitir juicios ni indicaciones cerradas sobre cómo “debe” criarse, sino poniendo en valor la diversidad de estilos parentales y reconociendo a la escuela como un lugar donde se construyen acuerdos que promueven el bienestar común.
Durante los primeros años de vida, los niños comienzan a formar su personalidad y sus modos de vincularse con los demás. En este camino, los límites y las normas no sólo ordenan la convivencia, sino que brindan seguridad, contención y favorecen el desarrollo emocional. Cada familia construye sus propias formas de crianza, basadas en valores, experiencias y contextos únicos. Sin embargo, al ingresar al ámbito escolar, los niños comparten un espacio común con otros: otros límites, otras pautas, otras maneras de convivir.
Así finalizó una hermosa mañana de jornada familiar, conjuntamente con el equipo de la Doe.
